Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

En el fondo estamos de acuerdo el Sr. Cánovas y yo, porque S.S. dice que no sólo ésta, sino toda medida discrecional que arranca de la jurisdicción retenida del Monarca, como toda medida discrecional, debe usarse siempre con prudencia.

No me negará el Sr. Cánovas del Castillo que se ha usado con mucha prudencia de esta medida, cuando ésta es la primera vez que se emplea; de modo que mayor prudencia es imposible; pero además estamos conformes en la cuestión de inviolabilidad. Dice S.S. que la esencia, el objeto de la inviolabilidad, lo que se persigue con la inviolabilidad, es que al Diputado y al Senador no se les pueda arrancar del Congreso o del Senado, privándole de su libertad. Pues estamos de acuerdo; por eso el Gobierno no ha hecho nada con el Sr. Dabán sin pedir la autorización al Senado; porque la medida discrecional no está más que en la ejecución; si no, no hay corrección ni hay nada.

Pero dice S.S.: "es que esa autorización la pedís a una mayoría; y como tenéis mayoría, la concedes o no la concederá a gusto del Gobierno". ¿Y qué sucede con los suplicatorios? ¿Quién los concede o los niega, más que las mayorías? ¿Qué sucede con todas las leyes? ¿Quién las hace? Sucede exactamente lo mismo; de modo que el reparo que S.S. pone para esa medida discrecional, es aplicable a los suplicatorios de los jueces y a todas las leyes. Pero además, Sr. Cánovas, yo tengo aquí la Constitución y los Reglamentos del Senado y del Congreso, y en ninguna parte se habla de suplicatorio de los jueces; los suplicatorios los dirige el que ha de imponer la corrección o el castigo. Los Senadores o Diputados no pueden ser procesados ni arrestados sin previa autorización del Cuerpo Colegislador a que pertenecen. ¿Es que el señor Dabán está procesado, está arrestado? No; luego hemos aplicado rigurosamente los artículos de la Constitución y de los Reglamentos. Como antes declaró S.S. que el Ministro de la Guerra había estado en su derecho adoptando la medida que ha adoptado, y como ahora resulta que el Gobierno no ha faltado a precepto alguno en cuanto a la inmunidad parlamentaria, claro es que el Gobierno no debe ser combatido por esto. Y ya que S.S. ha hablado de la pasión de las mayorías, yo tengo que decirle que, como S.S. mismo ha reconocido, las minorías no están exentas de pasión, y yo creo que más es la pasión que el raciocinio lo que obliga a las minorías a combatir al Gobierno en este asunto. [3946]